miércoles, 30 de septiembre de 2009

De modas pasajeras...


Mercado Medieval en la ciudad.
Puestos para comprar manjares o ventanas al pasado por todas las callejas del casco y gente a montones y empujones... un poco agobiante pero no viene a cuento.

Ya son ganas de andar complicándose la vida con semejantes chismes en la cabeza. No creo que fuera cómodo ni ponérselos ni andar con ellos... aunque admito que los gorros, gorras, sombreros y pañuelos siempre me han gustado, tanto en invierno para que no se me escapen el calor y las ideas, como en verano para que el sol no me las achicharre!
A lo que voy, que sí que hemos evolucionado pero tampoco tanto como nos jactamos... a ver si no es cierto que seguimos complicándonos la vida igualmente...
vale que ya simplificamos en vestuario aunque no estoy del todo segura de que esto siempre sea así, porque hay que ver cada modelito de alta costura que parece tendría que venir con instrucciones, o taconazos imposibles que desafían las leyes de la gravedad (ay! si Newton hubiera sido tía... ¡¿qué, hubiera cambiado algo?!)

Volviendo al tema y para terminar antes de aburrir al personal ¿ de verdad creéis que con tanto fotoshop, bótox, cirugía anti-arrugas y demás parafernalia nos facilitamos la existencia?

Entre tanto tocado y hundido se va acercando el otoño para dar por finalizada la temporada veraniega y es que no hay nada que dure eternamente... y si lo hay como no estaremos para verlo pues ná, a disfrutar mientras se pueda, con o sin complicaciones a gusto del consumidor si se puede y si no, pues a apeguchar con lo que toque! :)

domingo, 20 de septiembre de 2009

Pasen sin llamar...

... eso si pueden abrir la puerta primero!

En esta parece que los cerrojos pesan más que la puerta y si de verdad alguién quisiera abrirla no tendría mayores problemas, un poco de ruido y fuerza bruta probablemente bastarían para echarla abajo... y sin embargo ahí están, desafiantes y ridículos, adornando la entrada y aliviando el descanso de sus dueños.

Y así somos un poco con todo, nos gusta desafiar y mostrarnos seguros e infalibles, quizá por eso mismo,digo, por temor a dejar vislumbrar debilidades... y sin embargo sabemos que no somos perfectos y que aunque intentemos mejorar la excelencia siempre parece reservada a lo inalcanzable. Pero es que además soltamos eso de ¡y quién quiere ser perfecto! o ¡vaya con doña perfecta! en plan guasón y no sin cierta mala uva.

Y así vivimos en pos de la mediocridad tan campantes... a ver sino por qué aceptamos que ciertos colectivos nos hagan trabajos chapuceros y exijan como el que más...

Pues que me niego, seguiré intentando hacerlo lo mejor posible, mejor que ayer y peor que mañana! Aunque a veces me pregunto si se entiende algo de lo que aquí libero!!

martes, 8 de septiembre de 2009

De bajo consumo

Todas las ideas cayeron prisioneras en una red de férreos límites, como pececillos atrapados a miles en otras redes similares, y así quedó el mundo, gris, gris, gris... No permitían a nadie conseguir la suficiente energía para iluminar ni una sola de esas bombillas y no es que les faltaran buenas ideas, no... aceptemos que algunas sí eran mejores que otras, o más de nuestro gusto pero haberlas, las había.

Así quedaron suspendidas en el aire, vacías de contenido a la espera de que algún día alguien encontraría el mensaje en la botellas, en este caso miles de mensajes por descifrar...
Y mi duda es si esto es lo que pasa con todos esos pensamientos que en algún momento nos cruzan por la cabeza y que no llegamos a materializar sea por lo que sea... ¿se quedan en un limbo a la espera?

Si fuera más ducha en esto de las nuevas tecnologías os pondría un link a Message in a bottle, pero como ya os suena la canción en la cabeza surte casi el mismo efecto... ¡vale, parecido!


287 escalones para maravillarse con las vistas
364 sorpresas por descubrir con curiosidad