Mercado Medieval en la ciudad.
Puestos para comprar manjares o ventanas al pasado por todas las callejas del casco y gente a montones y empujones... un poco agobiante pero no viene a cuento.
Ya son ganas de andar complicándose la vida con semejantes chismes en la cabeza. No creo que fuera cómodo ni ponérselos ni andar con ellos... aunque admito que los gorros, gorras, sombreros y pañuelos siempre me han gustado, tanto en invierno para que no se me escapen el calor y las ideas, como en verano para que el sol no me las achicharre!
A lo que voy, que sí que hemos evolucionado pero tampoco tanto como nos jactamos... a ver si no es cierto que seguimos complicándonos la vida igualmente...
vale que ya simplificamos en vestuario aunque no estoy del todo segura de que esto siempre sea así, porque hay que ver cada modelito de alta costura que parece tendría que venir con instrucciones, o taconazos imposibles que desafían las leyes de la gravedad (ay! si Newton hubiera sido tía... ¡¿qué, hubiera cambiado algo?!)
Volviendo al tema y para terminar antes de aburrir al personal ¿ de verdad creéis que con tanto fotoshop, bótox, cirugía anti-arrugas y demás parafernalia nos facilitamos la existencia?
Entre tanto tocado y hundido se va acercando el otoño para dar por finalizada la temporada veraniega y es que no hay nada que dure eternamente... y si lo hay como no estaremos para verlo pues ná, a disfrutar mientras se pueda, con o sin complicaciones a gusto del consumidor si se puede y si no, pues a apeguchar con lo que toque! :)