y se hizo la luz

Creo firmemente que Sorolla es uno de esos pintores que saben capturar la luz. No sólo como luz-claridad, sino como luz-vida. Mira que es difícil porque cambian continuamente, la luz y la vida, y es que cada segundo que pasa las dos varían, en un ápice a veces, en una inmensidad otras.

De la exposición (Bilbao, Museo de Bellas Artes, ya podéis daros prisa si quereis verla porque se la llevan de vuelta el 1 febrero) me quedo con estas dos como mis favoritas.

Ayamonte. La pesca del atún. Esta me gusta por ser quizá más típica de Sorolla, más del estilo de los niños jugando en la playa. A ver, no soy una experta en estas lides pero sé cuándo algo me gusta. Y es que a mí me parece que esta pintura es como la vida misma, ahí están los personajes a sus cosas, ajenos al objetivo "paletil" del pintor. Los unos currando a todo trapo y los otros mirando de reojo no vaya a ser que les salpiquen con la sangre de los atunes...

Castilla. La fiesta del pan. De verdad que esta llama la atención. Aparte de su tamaño considerable, que por si sólo ya te deja con la boca abierta, lo que más destaca es la atención al detalle, los personajes cobran vida como si estuvieses leyendo una descripción detallada de cada uno de sus rasgos (no sé si se puede apreciar en el escaneo). Es una composición coral en la que todos los participantes tienen el mismo valor, no hay uno que sobresalga por encima del resto y la mirada vaga de uno a otro y del otro al uno, captando en cada movimiento un detalle distinto, la rigidez de las faldas, el volumen de los sacos de harina o rojo ondear de los estandartes.

uoojouojo...¡Eso es todo amigos! (Porfa, léase con el tono adecuado de los 'toons)