Pero qué manía tiene la gente a ponerle etiquetas a todo y a todos. 'Ah, ¿tú eres de esas?' Pero bueno, de esas ¿qué? a ver especifique usted ... vamos, que no hay comentario que más me reviente que ése.
No estamos venga luchar por la individualidad de cada uno y luego resulta que en la práctica la necesidad de equipararlo todo con todo se convierte en esencial.
Lo diferente por principio no gusta, es más suele producir rechazo y si luego acaba gustando, ya es del agrado de las masas y suele perder su caracter primigenio.
Vamos, admitamoslo nos gusta ser diferentes pero sabernos arropados por los nuestros, la comprensión del alma gemela y todo eso... y es que al fin y al cabo vivimos en sociedad, ya sea esta de vecinos, internautas
bloggeros, deportistas..., o ...de la real...de esa igual mejor no hablamos... uuuy que pierdo el hilo...Todo esto para acabar diciendo que al fin y al cabo las etiquetas nos las acabamos poniendo nosotros mismos.
Eso sí, reivindico mi derecho a ponerme la etiqueta que me dé la gana, ah ah ah- otra cosa muy distinta es que me hagan gracia las dichosas comparaciones. No sé si he acabado aclarando algo o liando más la marrana... será consecuencia del ciclón!
Me gusta sentirme diferente pero no rara. Y por supuesto, lo de las etiquetas es casi peor que las comparaciones, no creo que nos libremos de eso, pero sí podemos no hacer caso.
ResponderEliminarDe todas formas, para mí sería un reto personal ponerme una etiqueta, un duro ejercicio de buceo interior...
¿y tú de quién eres?
ResponderEliminarponerse UNA etiqueta es muy difícil, pero se me ocurren varias.
ResponderEliminarcasualidad blogueriana: misma hora de comentario, sin comentarlo previamente y separados por 62km
Lo de las etiquetas, que te clasifiquen, que te juzguen, creo que no nos gusta a nadie, es más, a veces te crea problemas y otras, hasta duele.
ResponderEliminarPero también opino que ésto no va a acabar nunca porque sinceramente pienso que es algo que todos alguna vez hemos hecho.
En cualquier caso, bah!, qué mas da, si al fin y al cabo somos quienes somos, nos etiqueten o no!
con etiquetas o sin ellas cada uno es cada uno y cados una piragüa.
ResponderEliminarLas etiquetas que nos cuelgan .... a pasar de ellas, y las que nos colgamos nosotros mismos a superarlas.
Va cogiendo ritmo tu blog ye so que te daba pereza.
Besicos.
y por qué es malo tener etiquetas? así sabemos dónde buscar, cómo encontrar. Lo malo es quedarse en ellas. Soy triatleta, soy médico, soy lector, soy viajero, soy cinéfilo.. soy bloguero, cualquier persona puede avistar mi blog por una etiqueta, y ojearlo, y ver más allá, y quizás añadir más definiciones a su propia etiqueta. Sin etiquetas no encontraríamos un libro, ni una canción, ni una película, ni un lugar.
ResponderEliminarUna etiqueta en el culo dice bastante de una persona, pero debajo de la etiqueta mucho más...
sólo me dejas una etiqueta? entonces soy david diego pinto.
Misstake, como alguien dijo (Hughes)"When we lose the right to be different, we lose the privilege to be free." Besos guapa.
ResponderEliminarDavidiego, gracias por tus comentarios y te doy la razón, una sola etiqueta es difícil y triste porque todos somos muchas etiquetas juntas (así lo he entendido yo...)Besos guapo.
Isadora, si total con frotar un poco se quitan ... ;)
Akela, me alegra volver a leerte! voy venciendo a la Sra Pereza poco a poco...es que esto engancha!! Un abrazo.
Oier:
ResponderEliminaraver asi inaguro tu blog
a mi tampoco me gusta que me etiqueten, una vez que te las han puesto es muy dificil quitartelas, y quien es un desconocido para decirte como eres, o de que lado flojeas...
Ademas para definir a alguien prefiero los adjetivos que para algo los tenemos,ya que somos seres no objetos, las etiquetas yo las prefiero para las cosas.
1beso
Kaixo Oier, porfin!!! qué tal vas con tu cámara? de los exámenes ya nos contarás, muchos ánimos eta mil esker etortzeagatik. Musu bat.
ResponderEliminarAh, ¿tú eres de esas que se molestan cuando les preguntan si es de esas?
ResponderEliminarEl incordiador de desmontandores de metas (hija, que no hay forma de quitarme la etiqueta...).